¿Qué es una dieta Mediterránea? ¿Me ayudará a adelgazar?

La zona del Mediterráneo es un área muy envidiada a la vez que deseada, todo por su gastronomía

La dieta mediterránea es una forma muy saludable y equilibrada de cuidar nuestra dieta. Es muy variada ya que combina el consumo de carnes y pescados con las legumbres y hortalizas que tradicionalmente se cultivan en el Mediterráneo.

La región mediterránea, está comprendida entre Europa meridional, Asia occidental y África septentrional. Entre las muchas propiedades beneficiosas para la salud de este patrón alimentario se puede destacar el tipo de grasa que lo caracteriza (aceite de oliva, pescado y frutos secos), las proporciones en los nutrientes principales que guardan sus recetas (cereales y vegetales como base de los platos y carnes o similares como “guarnición”) y la riqueza en micronutrientes que contiene, fruto de la utilización de verduras de temporada, hierbas aromáticas y condimentos.

Con el objetivo de organizar todos estos alimentos que constituyen la dieta mediterránea, se creó la pirámide alimenticia, para así establecer qué productos y con qué frecuencia tenían que ser estos consumidos.

Una o dos raciones por comida, en forma de pan, pasta, arroz, cuscús u otros alimentos. Estos alimentos deben ser preferentemente integrales ya que algunos nutrientes (Magnesio, Fósforo, etc) y fibra se pueden perder en el proceso. Las verduras deberían estar presentes tanto en la comida como en la cena, aproximadamente 2 raciones en cada toma. Por lo menos una de ellas debe ser cruda. La variedad de colores y texturas aporta diversidad de antioxidantes y sustancias protectoras.

El aceite de oliva es la base de toda cocina mediterránea. Los productos tienen que ser frescos, naturales y de temporada y así el pan, los cereales y la pasta nos aportarán diariamente los hidratos de carbono necesarios. La fruta fresca será nuestro postre habitual. Si hay dulces y pasteles pero deben consumirse de forma muy ocasional. Comeremos a diario queso y yogurt, comer pescado, carnes blancas y huevos semanalmente, disminuir el consumo de carnes rojas y grasa animala sólo una vez al mes.

El agua será la bebida por excelencia aunque podemos acompañar las comidas con una copita de vino tinto. Las hierbas aromáticas son la mejor alternativa a la sal y todo esto junto con ejercicio diario haremos el complemento ideal para nuestra dieta.

La dieta mediterránea, a diferencia de otras dietas, no es nada agresiva con el organismo, con lo cual, la pérdida de peso no se llevará de forma rápida y repentina. Más bien lo hará de forma pausada pero efectiva.

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